Llegar a la primaria es uno de los momentos más importantes en la vida de los niños. Pero, para que puedan vivir esta etapa con una gran motivación, es necesario que durante su educación en el kínder se hayan sentado las bases para formarlos como niños seguros de sí mismos, en donde poco a poco vayan logrando ser independientes. En este sentido, la metodología alemana es la mejor opción.
Debido a su enfoque educativo, basado en desarrollar la autonomía, así como también la inteligencia emocional y la capacidad de adaptación de los niños, la metodología alemana provee a los alumnos de diversas herramientas para que su transición a la primaria sea lo más agradable posible.
La capacidad de aceptar las situaciones de un entorno cambiante y sacar aprendizajes positivos de cada una de las experiencias, es parte de lo que fomenta la metodología alemana para ayudar a los niños en su desarrollo personal.
Una forma de lograrlo es mediante la educación bicultural, donde los alumnos empiezan a desenvolverse con niños y educadores alemanes desde el kínder, consiguiendo una adaptación a un contexto diferente, tanto a nivel social como académico.
Cuando los alumnos se vuelven partícipes en la construcción de su conocimiento y empiezan a tomar decisiones por sí mismos desde pequeños, logran desarrollar un pensamiento crítico y comienzan a valorar su capacidad de análisis individual.
Durante este proceso de autonomía, la guía principal es su propia curiosidad, que los impulsará a seguir descubriendo el mundo que les rodea en un nuevo espacio, como la primaria.
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Por último, reconocer las propias emociones es una de las habilidades que también potencializa la metodología alemana, ya que permite el autoconocimiento en los niños.
En consecuencia, cuando cuentan con esta herramienta de vida, tienen una mayor capacidad de expresar cualquier duda o inquietud que pueda surgir durante su proceso de transición a la primaria, permitiéndoles vivir los cambios de una manera mucho más amena.
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Así es como nuestro Colegio guía y apoya a los niños desde el kínder, para lograr que su interés, curiosidad y capacidad de adaptación marquen el ritmo de sus aprendizajes. Y es gracias a esta filosofía educativa que los alumnos desarrollan un elevado nivel académico, así como una gran seguridad en sí mismos, ya que desde el inicio de su trayectoria escolar ponen en práctica su autonomía y habilidad de toma de decisiones.
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