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Cuando las emociones controlan la vida del ser humano (gustos, límites, estado de ánimo), la frustración e inconformidad son constantes que no permiten una vida plena y feliz.

¿Tus hijos no aceptan un “no” por respuesta? ¿Constantemente tienes problemas con ellos porque no respetan las reglas? ¿Ya no sabes de qué forma hacer valer tu palabra? Si respondiste afirmativamente a más de una de las preguntas anteriores, te aconsejamos poner especial atención, porque seguramente te estás convirtiendo en un padre permisivo.

La primera etapa de la infancia es el mejor momento para que tu pequeño aprenda nuevos idiomas. Esto sucede porque en los primeros años de vida un niño mantiene un desarrollo neuronal acelerado, lo que permite que su aprendizaje sea más fácil y rápido.

Si tu hijo tiene entre 2 y 4 años es muy probable que te sientas identificado con el sentimiento de frustración que te puede traer ver a tu hijo hacer un berrinche. Pero es importante tomar en cuenta que esas “rabietas” se dan porque aún los pequeños no han adquirido las herramientas necesarias para poder expresar con palabras lo que están sintiendo en ese momento. Nosotros ­– los adultos – también tenemos que aprender a actuar en estas situaciones, y con empatía y madurez, ayudar a nuestros hijos.