Si tu hijo tiene entre 2 y 4 años es muy probable que te sientas identificado con el sentimiento de frustración que te puede traer ver a tu hijo hacer un berrinche. Pero es importante tomar en cuenta que esas “rabietas” se dan porque aún los pequeños no han adquirido las herramientas necesarias para poder expresar con palabras lo que están sintiendo en ese momento. Nosotros ­– los adultos – también tenemos que aprender a actuar en estas situaciones, y con empatía y madurez, ayudar a nuestros hijos.

Entonces, ¿qué podemos hacer para detener o manejar estos estallidos? A continuación te compartimos 5 efectivos consejos:

1. Valida sus sentimientos.

Dale palabras a sus sentimientos: "Estás triste. Quieres quedarte aquí y jugar. Lo sé". Esto no significa que debas ceder a su petición, pero hacerle saber que tú lo entiendes será una buena manera de expresarle que lo entiendes. También le ayudarás a comprender que los sentimientos no son malos y es natural que los tengamos. 

2. Ayúdalo a conocer y reconocer sus emociones.
Como mencionamos anteriormente, los niños pequeños apenas están comenzando a adquirir las herramientas necesarias para comunicarse efectivamente. Por eso, es fundamental ayúdarle a determinar cuál es la razón de su berrinche. Apoyarlo a conocer y reconocer sus sentimientos hará que poco a poco vayan adquiriendo una mayor inteligencia emocional.

3. Ofrecer opciones.

Es una excelente forma de ayudarle a encauzar sus emociones – y al mismo tiempo – enseñarle a tomar decisiones y a saber que sus acciones tienen consecuencias. En lugar de decir: "Prepárate para ir a dormir ahora" – lo que puede provocar un berrinche – es recomendable ofrecer opciones y dejar que el pequeño decida: "¿Qué te gustaría hacer primero, ponerte la pijama o cepillarte los dientes?" Así tu hijo se sentirá más seguro al momento de comenzar a tomar decisiones y sabrá que sus opiniones importan y no son sólo imposiciones. 

4. Dale su espacio.

Esto ayuda a que sean capaces de reflexionar sobre sus sentimientos y recuperar el autocontrol.

 5. Cuando se acabó, se acabó

Después de que un episodio de berrinche haya terminado, hay que dejarlo “pasar” y seguir adelante.

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