Los niños tienen un interés genuino por la naturaleza y el medio que los rodea. Así que, para seguir impulsando esta habilidad, la metodología alemana orienta a la curiosidad y le confiere una estructura que acerca a los alumnos al fascinante mundo de la ciencia.
Concretamente, durante una temprana edad, esto se logra fomentando la observación, experimentación y comprobación de pequeñas hipótesis, que vayan de acuerdo con su etapa de desarrollo.
En este blog, le explicaremos de qué forma llevamos a cabo estas dinámicas en el Colegio Alemán.
¿Cómo se enseña la ciencia en la metodología alemana?
Uno de los pilares principales de la enseñanza de las ciencias en nuestro Colegio es a través del enfoque MINT, que incluye Matemáticas, Informática, Ciencias Naturales (Biología, Química y Física) y Tecnología.
MINT es una iniciativa que surgió en 2008 para formar jóvenes calificados en el ámbito técnico y científico de Alemania. Es por ello que las dinámicas pedagógicas de la metodología alemana que están enfocadas en la perspectiva MINT proporcionan a los alumnos las habilidades necesarias para que, en el futuro, puedan insertarse con éxito al campo laboral de la ciencia, si es que así lo desean.
Estas son algunas de las actividades que los alumnos llevan a cabo desde pequeños:
- Hacen preguntas básicas sobre los objetos y fenómenos de su entorno
- Realizan pequeños experimentos con diferentes materiales
- Ponen a prueba sus ideas y hacen un dibujo o escrito para registrar sus resultados
- Comparten sus conclusiones con los compañeros, socializando el conocimiento
- Aprenden a ser responsables con sus herramientas, al manejarlas con cuidado
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De esta manera, mediante la metodología alemana, la diversidad de ejercicios que se llevan a cabo para introducirlos al mundo de la ciencia se transforma en conocimientos básicos de la investigación científica, de manera lúdica y amigable para ellos.
Además de esto, aprenden de carpintería, electricidad y programación:
- En carpintería, se les enseña a realizar pequeñas construcciones de madera.
- En electricidad, trabajan con cobre y pilas para entender el concepto de la energía en un circuito cerrado: cómo se produce, cuál es su mecanismo, cuándo se interrumpe.
- Mientras que, en clases de robótica, conocen el lenguaje básico de programación, para crear comandos y automatizar procesos sencillos.
Todo esto sucede en un ambiente seguro, supervisado por los docentes, donde los alumnos aprenden jugando, guiados por sus propias preguntas sobre su entorno y disfrutando de ponerlas a prueba por sí mismos.
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En definitiva, cuando la curiosidad y el interés genuino de los niños es guiado correctamente, se pueden obtener excelentes resultados académicos, así como una participación activa en temas técnicos y científicos desde que son pequeños. Esto, gracias a que observar, experimentar y comprobar sus hipótesis, son actividades que realizan los niños de manera natural.
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