Humboldt - Blog

Una institución con vocación para ayudar

Escrito por Bruno Lessing | 27 marzo 2018

 

¡Qué difícil debe de ser para una institución educativa, poder definir aquellos proyectos de ayuda social en lo que va a participar! Preguntando en los diferentes planteles del Colegio Alemán Alexander von Humboldt en la Ciudad de México, hablando con los directores, las asociaciones de padres de familia y uno que otro exalumno que conozco y sé que está involucrado siempre en este tipo de actividades, me doy cuenta que no pasa una semana sin que alguien toque alguna de las puertas del Colegio buscando ayuda.

Claro, en un país de tantos contrastes como México, en un país en donde la mitad de la población vive en la pobreza extrema, en un país en donde el abismo entre los que tienen y los que a diario no saben si van a comer o no ese día, es cada vez mayor, ¿qué más podemos esperar? O simplemente basta con mirar los efectos de los recientes sismos y otros desastres naturales que terminan por afectar a miles de seres humanos, siendo los más desprotegidos los que requieren no sólo la ayuda en ese momento sino más adelante. 

Ayudar por el simple hecho de ayudar, ayudar por cumplir con nuestras obligaciones de ciudadanos, ayudar por solidaridad o ayudar para que nuestros hijos comprendan la realidad del país y del mundo que les tocó vivir, son diferentes puntos de vista de cómo una institución educativa está en una situación privilegiada para transmitir valores como: la compasión, sencillez, gratitud, generosidad, solidaridad, sacrificio, desprendimiento, compromiso, bondad, respeto y también dignidad.

Las labores de acción social tocan a cada uno de los integrantes de una comunidad educativa de forma tan distinta que también hay que saber respetar y buscar comprender lo que pasa por las mentes de cada uno de nosotros cuando nos hablan de tal o cual proyecto.

Una cosa es clara, nuestro Colegio participa activamente en la ayuda a los demás y es parte de la formación de nuestros alumnos. Una de nuestras mayores activistas en el campo de la acción social, que por cierto se jubiló hace un año pero sigue muy involucrada con el tema, decía, “la acción social tiene que ser parte de nuestro ADN.”

En buena medida nuestra identidad bicultural se ve reflejada en muchos de los proyectos en los que participamos y da mucho gusto ver cómo los maestros alemanes son los primeros en darnos el ejemplo y aportar. Aportaciones que no sólo tienen que ver con lo económico, son donaciones de tiempo, de trabajo y de mucho cariño y amor. Aportaciones que vienen de muy lejos, de muchos que no conocen México pero que sí tienen la confianza en una institución y su gente, porque saben que hay más de 123 años de tradición por ayudar. Y si, no pregúntenle a la comunidad de San Antonio Rayón en Puebla cuántos maestros alemanes, sus familias y sus amigos han pasado por allí, pintando la escuela, becando a los niños y jóvenes, o simplemente entregando algo más que simples esperanzas.

Estoy seguro de que la institución quisiera participar en todos los proyectos, pero es imposible. Lo que sí es un hecho es que el colegio logra transmitir ese sentimiento de “ayudo porque me nace ayudar. Ayudo porque soy afortunado de tener todo lo que tengo y veo que otros no. Ayudo porque siento amor y afecto por los demás. ¿Será realmente entonces tan difícil saber a quiénes y dónde ayudar? La respuesta es no, ya que nuevamente el vivir la acción social en un ambiente de biculturalidad lleva a nuestra comunidad a pensar muy bien en qué proyectos se involucra ya que se busca ayudar a corto, mediano y largo plazo. No a cumplir con la tarea, sino a definir cómo nuestra tarea y esfuerzo de hoy, se convierte en la inspiración, ejemplo y la tarea de los que vienen detrás de nosotros.

¿Quieren identificarse con una institución educativa en cuyo ADN está más que implícita la ayuda a los demás? ¡Te invitamos a contactarnos!